La tiendita San José

La historia de la tiendita San José, de la parroquia San José Obrero de Barranco, es una de las muchas historias de solidaridad y empuje que conocemos día a día en esta hermosa labor de ayuda social y pastoral que realizamos.

Esta parroquia forma parte del programa Lucha frente al hambre, mediante el cual se recuperan alimentos de los supermercados Wong y Metro, que pertenecen a nuestro aliado Cencosud. Este programa les ha permitido complementar las comidas que preparan en su comedor parroquial para los aproximadamente 100 beneficiarios que atienden actualmente, en su mayoría adultos mayores y personas con discapacidad. Sin embargo, a pesar de este gran apoyo que reciben, en este tipo de espacios de ayuda siempre hay otros gastos que deben asumirse y diversas dificultades a superar para garantizar su continuidad. El alza de precio de los alimentos y del gas en los últimos meses son un claro ejemplo de eso.

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Frente a estos problemas, el funcionamiento del comedor se vio amenazado, poniendo en riesgo a las personas que dependen de él. Es por esta razón que, la comunidad parroquial, decidida a no cesar la ayuda, emprendió la tarea de volver al comedor sostenible, mediante una iniciativa que les generase ingresos. Así fue como nació la tiendita San José.

Unidos laicos y sacerdotes, se organizaron para preparar desayunos y lonches para vender, y así poder comprar el gas y otros insumos necesarios para el comedor; y no solo eso, sino que también pueden ayudar costear radiografías y tratamientos en su policlínico parroquial para aquellas personas que no cuentan con los recursos para pagarlos. Es gracias a su gran solidaridad y esfuerzo, y al apoyo del programa Lucha frente al hambre, que han logrado mantener el comedor en funcionamiento, garantizando que las personas en situación de vulnerabilidad encuentren en él la ayuda que necesitan para enfrentar el hambre a diario.

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Pero, ¿cómo funciona este programa?. Lucha frente al hambre es equivalente a cualquier otro programa de recuperación de alimentos de mercados mayoristas, como el de Santa Anita, en los que mediante convenios se autoriza la entrada de los/as representantes de las ollas comunes o comedores para que, en coordinación con los/as vendedores/as, recolecten los alimentos que, por su apariencia física o una fecha de vencimiento próxima, no sirven para la venta. Los/as representantes recuperan los alimentos que podrían ser desechados y los convierten en un bien valioso dentro de sus espacios de asistencia alimentaria. Esto es posible, no solo gracias al compromiso social de las empresas que se suman, sino también al esfuerzo de las personas que realizan la labor de recuperación de los supermercados, compartiendo su tiempo y energía con una causa común: seguir ayudando a quienes menos tienen, brindándoles la oportunidad de acceder a, por lo menos, una ración de comida al día.

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Al cierre del 2022, a través del programa Lucha frente al hambre, se logró recuperar un total 41,712 kg. de alimentos que, de no ser rescatados, se habrían desperdiciado. En lugar de ello, se ha beneficiado a más de 1700 personas mensualmente y de forma sostenida durante el año culminado.

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